Estos días
he estado pensado en algunas clases pasadas y dialogando con mis compañeros ha
surgido un par de veces un tema que nos atañe a todos los que estudiamos esta
carrera.
Hay una
asignatura que me gusta mucho y donde he aprendido varias cosas desde que ha
empezado el curso, pero también tiene una parte que no acabé de entender…
En esta
clase los primeros días nos empapábamos de información, tanto nueva como
rescatada del año anterior, dábamos nuestros puntos de vista, nuestras
opiniones y compartíamos nuestras experiencias en ese ámbito. De pronto llegó
un trabajo que nos hizo devanarnos los sesos para poder sacarlo adelante y el
reto fue muy gratificante y gratificante, creo que muchos de mis compañeros
aprendieron cosas que no conocían o no sabían aplicarlas a la actividad física,
al igual que yo. La semana siguiente comenzó con la propuesta de otro taller en
que debíamos aplicar los conocimientos aprendidos utilizando un material nuevo
con el que no habíamos trabajado. Se podía experimentar con el material,
surgían nuevos ejercicios para entrenar nuestro cuerpo, pero también se
repetían muchos de estos ejercicios y es que el aparato no daba para mucho más
de lo que lo habíamos exprimido. Se nos quería convencer de que el aparato era
muy útil para la práctica física y la verdad es que algo de razón tenía.
Hasta ahora
habíamos hecho un par de talleres donde los ejercicios a realizar eran
diferentes pero al fin y al cabo trabajábamos las mismas partes del cuerpo de
diferente manera.
La semana
siguiente se nos presentó otro “juguetito” para realizar ejercicios físicos con
él, mis compañeros y yo ya sabíamos por donde iban a ir los tiros con ese
taller, por lo que nos pusimos manos a la obra, pero con una extraña sensación
de que no se estaba avanzando hacia ningún lugar, donde los ejercicios que la
mayoría de los compañeros de clase a los que observaba eran prácticamente
iguales a los anteriores o iguales entre nosotros, pero como tampoco tuvimos
mucho tiempo para mas la clase acabó ahí. La siguiente semana estaba deseoso de
saber que es lo que me iba a encontrar para poder realizar nuevos ejercicios o
tener nuevos conocimientos en el ámbito del trabajo físico, pero me volví a
encontrar con un “juguetito” que no
llegaba a ser como el anterior pero que sus limitaciones eran todavía mas
grandes que los anteriores.
Mis
compañero y yo comenzamos a preguntarnos si de verdad hacia falta haber
utilizado tantos aparatos para realizar prácticamente los mismos ejercicios, yo
creo que no. Esta bien que uno conozca diferentes aparatos para la práctica
deportiva, pero si todos esos aparatos al final te llevan al mismo destino, donde
está el mérito?.
Creo que
incitar la compra de “juguetitos” para ejercitar tu cuerpo no es lo que muchos
de nosotros vinimos a aprender. Está bien que se conozcan sus posibilidades,
pero de ahí a tener un catalogo de aparatos “indispensables” para la práctica
deportiva no es necesario.
De
verdad nos hace falta utilizar este tipo de aparatos para poder realizar
ejercicios físicos o prácticas deportivas? Qué pensáis?.
Opino que cada asignatura aporta las herramientas adecuadas para el desarrollo de nuestra profesión. Si bien en la educación del movimiento se nos presentan las herramientas para educar, en otras asignaturas se enseñan las herramientas para entrenar, los métodos para hacernos mas hábiles motrizmente, o las técnicas psicológicas para dirigir un equipo.
ResponderEliminarCreo que a un mecánico le puede resultar interesante saber las herramientas con las que puede quitar un tornillo, aunque todas ellas sirvan para desatornillar. A un médico le puede resultar interesante que instrumentos puede utilizar para operar a un paciente, aunque todos ellos hagan la misma función.
Por tanto bajo punto vista, creo que si en un futuro nos dedicamos al entrenamiento personal, no esta de más conocer los "juguetitos" de que podemos disponer.
Un saludo.
Me gusta la expresión de juguetitos. Estoy de acuerdo contigo. Eso que dices se llama "innovación sin cambio". Es lo que muchas veces se esconde tras las novedades como, por ejemplo, los juegos (en realidad son "juguetitos" como bien dices" alternativos: la idea que por ser nuevo es mejor. Y muchas veces no es sino más de los mismo. Personalmente, no conozco juguete más versatil, barato, imaginativo (en su uso), almacenable, fabricable y reciclable que la pelota.
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